Hay ciertas elementos que marcan el rumbo que le damos a nuestras vidas, uno de ellos son los hábitos que practicamos diariamente. Acá te comparto algunos que te pueden ayudar a darle un giro a la vida que llevas y que también te pueden ayudar a cambiar el paradigma y la perspectiva con la afrontas.
1. Ser independiente.
1. Ser independiente.
Las personas inteligentes habitualmente cuestionan la autoridad. No debes creer a ciegas en lo que los expertos dicen. Las personas con criterio propio e independiente se hacen y hacen más preguntas que la mayoría de la gente con el fin de descubrir sus propias verdades. Sólo a través del descubrimiento de ellas pueden validar la implementación de nuevas estrategias para seguir creciendo y avanzando en la vida. Una persona independiente no necesita la validación o aprobación de terceros para ser, hacer o tener lo que logre fruto de su esfuerzo y trabajo. Esto no implica que no necesite ayuda o colaboración. Todo lo contrario. Su propia independencia le hace reconocer que necesita de la ayuda y apoyo de otros para lograr todo aquello a lo que aspira.
2. Escribir tus metas.
Hay un antiguo dicho que reza: "El que no sabe a dónde va, cualquier viento le es favorable". Las personas que practican la independencia como hábito desarrollan estrategias de vida en las que incluyen la escritura de sus objetivos, metas, deseos y sueños que quieren lograr. Escribir lo que quieren es su primer paso para hacer que estos sean realidad. Escribir tus metas te permite tener una guía o ruta clara a seguir. Te permite crear y desarrollar planes de trabajo orientados a cumplir con esos objetivos y a no perderlos de vista. Es un manifiesto que te condiciona mentalmente a realizar pequeñas acciones diarias que sumadas dan resultados.
3. Aprender continuamente.
Utiliza tu mente al máximo. La personas independientes y con propósitos claros y definidos no son individuos perezosos de pensamiento y toda la información nueva que obtienen la ven como una actualización de sus habilidades, conocimientos, actitudes y creencias. Aprenden a utilizar la energía del cerebro colectivo a través de la discusión de libros revistas y artículos que ayudan a su propio desarrollo en círculos de discusión o grupos de lectura, el uso del pensamiento crítico a través de foros o debates, brainstorming, etc. Para ellos el aprendizaje siempre es y será algo gratificante.
4. Ser una persona alegre.
"La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar", dijo el filósofo alemán Friedrich Nietzsche. Las personas inteligentes tiene un gran sentido del humor y reconocen la importancia de encontrar la alegría en la ironía y la comedia de los eventos cotidianos de la vida. Encuentran la alegría en los retos diarios a los que se enfrentan y en las soluciones a los problemas. Es a través de esto que consiguen sentirse personalmente satisfechos en la vida puesto que existe una correlación entre inteligencia, humor y creatividad; las personas capaces de entender el humor o de producirlo demuestran mayor capacidad de resolución de problemas analíticos y también superior razonamiento abstracto.
5. Gozar de un espíritu aventurero.
Una persona sin espíritu aventurero es una persona triste. Gozar de un espíritu aventurero es estar dispuestos a probar cosas nuevas, sabiendo que si lo intentas y no es lo que esperabas, no pasa nada, y lo vuelves a intentar o pruebas con algo diferente. Es reconocer que hay aprendizaje en la experimentación, en la aventura, en lo nuevo, lo diferente, lo desconocido, en aquello que nos hace sentirnos realmente vivos. Gozar de un espíritu aventurero renueva nuestra energía, nos hace sentir que vivimos a plenitud y que nuestro paso por este mundo puede ser más vivencial y experiencial de lo que creemos.
6. Ser un soñador práctico.
Los hombres de negocios exitosos suelen acuñar una frase que dice: "Los soñadores prácticos jamás fracasan", y es porque saben quiénes son; creen y confían en sí mismos ante todo. No necesitan la aprobación ni validación de otros para tomar decisiones. Saben instintivamente lo que es lo mejor para ellos y lo persiguen hasta que lo consiguen. No quieren ni esperan nada a cambio. Saben que con la única que persona con que pueden contar incondicionalmente es con sí mismos. Parecerá una visión egoísta e individualista del mundo, pero es una realidad.
Las decisiones más importantes y trascendentales nuestras vidas las tomamos nosotros mismos. Nadie puede decidir por nosotros. Es uno mismo quien decide si tomar un empleo o no, si casarse o no, tener hijos o no, si dejar nuestro país de origen para radicar en otro o no. Somos nosotros los arquitectos y constructores de nuestro destino; por lo tanto, ser pragmáticos es una virtud y un hábito que, en tiempos donde sobrepensar mucho las cosas o las decisiones que debemos tomar, nos puede beneficiar en gran medida.
7. Practicar la gratitud.
Practicar la gratitud o ser agradecido es algo que va más allá de simplemente decir "gracias" porque yo puedo decir: "gracias" por algo sin sentirme realmente agradecido. Esto no quiere decir que en todos los casos es igual, para nada. Pero hay que tenerlo en perspectiva porque la gratitud como práctica diaria no es común; sin embargo. las personas que sí lo hacen reflejan mayores niveles de bienestar subjetivo, mayores niveles de felicidad, sienten menos deprimidas, menos estresadas más satisfechas con sus vidas y sus relaciones sociales.
Las personas agradecidas también tienen mayores niveles de control de sus circunstancias, crecimiento personal, propósito en la vida, y aceptación de uno mismo, tienen formas más positivas de lidiar con las dificultades que experimentan en la vida, siendo más propensos a buscar ayuda de otras personas, reinterpretar y aprender de la experiencia, y dedicar más tiempo a la planificación de cómo lidiar con el problema. Las personas agradecidas también tienen menos estrategias negativas de afrontar problemas, siendo menos probable que traten de eludir los problemas, negar que existan, culparse a sí mismos, o hacer frente a ellos a través del uso de sustancias.
La gente agradecida duerme mejor, y esto parece ser debido a que tienen menos pensamientos negativos justo antes de irse a dormir. Se ha dicho que la gratitud está mucho más relacionada con la salud mental que cualquier otro rasgo del carácter humano. Numerosos estudios sugieren que las personas agradecidas son más propensas a tener niveles más altos de felicidad y menores niveles de estrés y depresión.
8. Crecimiento continuo.
El crecimiento continuo es algo que está intrínsecamente relacionado con el aprendizaje continuo. Difícilmente podremos crecer como seres humanos si no dedicamos tiempo para aprender y desarrollar nuevos conocimientos y habilidades que nos permitan crecer de forma consistente y continua. Una persona que está enfocada en desarrollar su potencial humano y sus dones aborrece el status quo y no soporta estar estancada. Anhela el crecimiento y el desarrollo y está dispuesto a cambiar y mejorar, no solo en aquellas áreas en que es menos dominante, sino en todas aquellas esferas de la vida que le sean posibles. Intentan mantenerse al día o incluso ir por delante. Sabe exactamente con quien colaborar y relacionarse para hacerlo y sabe reinventarse a sí mismo una y otra vez.
Una persona que busca crecer continuamente acepta sus errores, los reconoce y los ve como oportunidades de aprendizaje hábilmente disfrazadas. Asume riesgos frecuentemente, es curioso y aventurero y asume el cambio como algo natural.