La vida como tal tiene una particularidad sumamente interesante: ponernos a prueba constantemente lo queramos o no. Desde este punto de vista, alcanzar un estado de paz interior y felicidad puede resultar una tarea caótica. Sin embargo, tomando en cuenta los siguientes consejos podemos lograrlo sin sufrir mucho.
1. Escuchar nuestros sentimientos.
Deja de luchar contra tus emociones. Incluso los sentimientos negativos dejan de ser nuestros enemigos, para convertirse en nuestros aliados cuando aprendemos a gestionarlos adecuadamente.
Nos indican que tenemos algo que cambiar en nuestra conducta y hábitos para poder crecer y encarar la vida y nuestros días con un enfoque diferente.
Escuchar nuestros sentimiento implica un alto grado de autoconsciencia, es decir; conocernos más y mejor de lo que creemos para tener paz interior y felicidad y reconocer que generar ese estado depende única y exclusivamente de uno mismo.
2. Darle un significado a nuestras vidas.
Evita seguir los sueños de los demás. Construye tu propio camino. Sigue tus sueños y sé fiel a tus metas. Sólo con intentar alcanzar tus sueños conseguirás sentirte enormemente satisfecho y productivo aún cuando no se cumplan inmediatamente. Darle significado a tu vida es tener objetivos, metas, sueños o propósitos bien definidos y trabajar con ahínco para cumplirlos; es servir y ayudar a otros por el placer y la satisfacción de hacerlo porque te llena como ser humano; es hacer o trabajar en lo que realmente te gusta y apasiona porque eso le da sentido a tu vida. Tener claridad de propósito es darle significado a nuestras vidas.
3. Ser agradecidos.
Deja de lamentarte por las cosas que aún no has conseguido y empieza a agradecer y ser feliz con lo que tienes. La gratitud nos permite valorar en la justa medida lo que tenemos y cuánto hemos sacrificado y trabajado por ello.
Ser agradecidos es abordar todo desde una perspectiva diferente, es decir, sacar el máximo aprendizaje posible de lo bueno y lo malo para poder crecer como individuos y alcanzar ese estado de felicidad que debe nacer en nuestro interior sin que se vea perturbado por las circunstancias que podamos atravesar en determinado momento de nuestras vidas.
4. Evitemos criticar.
La crítica continua y desmesurada desgasta y suele traer problemas. Cada individuo es único. Las personas y su manera de pensar no son ni buenas ni malas, sólo diferentes; porque lo que puede ser bueno o malo para alguien puede no serlo para otra persona y viceversa; todo depende la óptica con que se vea y el grado académico y cultural que tengamos. Evitar la crítica sesgada y desmesurada nos da la posibilidad de encarar las cosas desde un punto de vista diferente para poder mejorar y solucionar las cosas.
Evitar la crítica no quiere decir que vamos a dejar de opinar o dar nuestros puntos de vista. Todo lo contrario. Es pensar y opinar en términos propositivos, de solución de problemas, de generar un valor agregado a lo que hacemos y a quienes nos rodean; es dar y hacer valer nuestra opinión porque lo que decimos genera alternativas y posibilidades de avanzar y crecer sin negar o ser indiferentes ante la realidad.
Ya lo dijo Dale Carnegie en Cómo ganar amigos e influir sobre las personas: "No critique, no condene ni se queje", simplemente tratemos de comprender y aceptar los hechos y a las personas sin pretender cambiarlos a nuestro antojo. Tratemos de imaginar y comprender por qué las cosas y las personas son de esa manera. Hacerlo de esa forma puede ser más provechoso y más interesante que la crítica misma, y puede abonar en gran medida a nuestro crecimiento y a nuestro estado de paz y felicidad.
5. Disfruta el presente.
Evita que el pasado te torture y que el futuro te preocupe demasiado. La clave de la felicidad está en vivir plenamente en el presente. El "aquí" y "ahora" es lo único que nos pertenece y que podemos controlar. Vivir en el presente es reconocer que el pasado ya no se puede alterar y que el futuro está lleno de infinitas posibilidades que solo estan en el imaginario.
Los sentimientos de culpabilidad por lo pasado y de preocupación por lo futuro pueden ser tan dañinos para nuestro estado mental y emocional que no si no aprendemos a gestionarlos y controlarlos de forma apropiada podemos caer en una depresión o ansiedad constante.
Disfrutar el presente para ser felices implica reconocer que vivir en el hoy, en el aquí y ahora, es una oportunidad única e irrepetible en la vida aun cuando hagamos lo mismo cada día.