Donde sea que uno pose la mirada se puede observar un ferviente deseo en las personas de cambiar sus condiciones y calidad de vida. Esto puede tener múltiples aristas dependiendo del enfoque con que se aborde, es decir, que para cada persona la calidad de vida varía en función de sueños y aspiraciones, su realidad y los medios que dispone para consumarlo.
Pero ¿cómo lo conseguimos? ¿Cómo cerramos la brecha que nos separa del lugar donde estamos ahora y de dónde queremos estar realmente? No hay una respuesta simple para éstas preguntas, sin embargo, existen algunos principios universales que aplicados consistentemente pueden generar un cambio significativo en nuestra vida y por ende en nuestra calidad de vida.
1. Enfoque
Dale Carnegie en Cómo ganar amigos e influir sobre las personas nos enseña que "donde este nuestro enfoque ahí estará nuestra energía"; cuando ponemos nuestra atención en algo que realmente nos importa, no podemos dejar de pensar en ello a diario; desarrollamos, en palabras del Napoleón Hill, un "deseo ardiente" que nos pone en las situaciones, lugares y con las personas adecuadas para conseguirlo. Es decir, el deseo ardiente que nace a partir del enfoque, despierta en nuestro cerebro una región conocida como "sistema de activación reticular" la cual hace que tu interés y energía se centren en todo aquello que puede ayudarte a alcanzar tus objetivos.
2. Una milla extra y acciones escalables
Hay muchas personas que sueñan en grande y luego nunca hacen nada. Para lograr nuestros objetivos debemos realizar acciones que sean escalables, es decir, avanzar consistentemente realizando pequeñas acciones diarias que nos ayuden a cumplir con los grandes objetivos que nos hemos propuesto. Para ello es necesario encontrar o definir una estrategia de ejecución que sea efectiva, esto implica que realizar pruebas y cambios hasta encontrar lo que funcione mejor. También es posible acelerar esos procesos siguiendo el ejemplo de lo que otros han hecho en áreas de trabajo similares a la nuestra y que, si o si, tengan un grande de éxito incuestionable. De esta manera podemos aprender de los errores de otros para evitar cometerlos y avanzar con menos dificultades. Por otra parte, es importante estar en la disposición de realizar un esfuerzo extra o "recorrer una milla extra" para tener a nuestro favor un factor diferencial que incline la balanza a nuestro favor. Si bien es cierto que realizar acciones escalables y definir una estrategia funcional y efectiva nos da cierta ventaja, todo se viene abajo si no tenemos la actitud apropiada para realizar un esfuerzo adicional cuando se requiera o se nos demande.
3. Creencia
Muchas personas lo llaman suerte, dios, vibras, energía, atracción; no importa cual sea tu credo, cuanto más reconozcas la presencia de una gracia divina en tu vida, más bendiciones parecerás recibir. Un sentimiento de gratitud y agradecimiento profundo puede traer más bendiciones a tu vida. Esto no implica que vas a dejar de hacer lo que te corresponde para alcanzar tus metas, simplemente debemos reconocer que hay situaciones que están fuera de nuestro control y que, independientemente del resultado, debemos expresar gratitud puesto que hemos de aprender algo de ello.
Decía Gandhi: "Un hombre no es más que el producto de sus pensamientos. Se convierte en lo que piensa", en este sentido, nuestro cerebro no está diseñado para que nos sintamos felices y satisfechos con lo que hacemos y logramos. Su propósito vital es la supervivencia y siempre está atento y perceptivo a lo malo y alerta a lo que nos puede hacer daño, para que así podamos luchar contra ello o escapar en caso de que sea necesario. Si permitimos que esta programación ancestral nos gobierne, ¿qué posibilidades tenemos de disfrutar la vida y de todo lo que obtenemos de ella?
El cerebro opera en modo supervivencia de forma natural y vive identificando y exagerando constantemente amenazas potenciales para asegurar nuestro bienestar. El resultado: una vida llena de estrés y ansiedad. La gran mayoría viven así puesto que es lo más fácil y cómodo para el cerebro. Sin embargo, tener un control pleno y consciente sobre nuestros pensamientos nos permite focalizar y canalizar nuestra atención y energía, y a la vez, nuestro estado mental y emocional; al final, o dominas y controlas tu mente o es ella la que te domina.
El secreto para vivir una vida plena, extraordinaria y con calidad de vida es iniciar a controlar conscientemente nuestra mente y nuestros pensamientos puesto que son estos los que determinan la forma en que nos afecta lo que nos pasa; recuerda que no son las circunstancias las que condicionan nuestra vida, sino nuestras decisiones. De tal manera que la calidad de vida no solamente implica el bienestar material también abarca áreas como el desarrollo personal, la inclusión social, el desarrollo interpersonal o el bienestar físico y emocional. Es decir, cualquier mejora en cualquiera de estas áreas implica una mejoría en nuestra calidad de vida.
No olvides que tú eres más que el momento y que las circunstancias. Más que el dinero que tengas. Más que cualquier reto al que te enfrentes.